Virginia Vallejo publicó una autobiografía en 2007 bajo el título de Amando a Pablo, odiando a Escobar. En ella la periodista cuenta la relación que mantuvo con el fundador y líder de Cartel de Medellín, Pablo Escobar.
La eterna dualidad del amor-odio, se reproduce esta semana con Augusto Hidalgo y su ex jefe de gabinete casualmente de nombre Pablo. Ahora mismo, Augusto ama a Pablo pero odia a Quintero, su presunto acoso sexual a una trabajadora del consistorio ha puesto al Alcalde en una situación muy difícil, en el propio ayuntamiento y sobre todo en sus aspiraciones políticas dentro del PSOE en Canarias.
Hidalgo ha intentado desmarcase del hecho en sí, alega desconocimiento (sin ser infanta, borbón o gallego) lo cual si cabe es más grave aún. Si no eres capaz de controlar lo que hace tu mano derecha mucha capacidad de gestión no tendrás.
La relación de amor entre Augusto y "el pingüino" como conocen algunos dentro del partido socialista al personaje por su parecido en el físico y las formas con el súper villano de DC comic, se remonta al periodo en que este último, ejercía tareas de secretario del grupo municipal socialista durante el mandato en la Alcaldía de Jerónimo Saavedra. Forjada en una necesidad mutua ambos han ido de la mano durante todos estos años.
Anteriormente ya había dirigido el camino hacia la Alcaldía en 2003 de Arcadio Díaz Tejera sin éxito y en la etapa de Román Rodríguez en la Presidencia del Gobierno de Canarias fue brevemente responsable de las relaciones con Africa. En la actividad privada mantuvo el mismo hábito de salir por la puertas traseras en una multinacional tabaquera.
Quintero, sabedor de su ambición, empuja a Hidalgo a disputar las primarias a la Alcaldía frente a un joven Gabriel Corujo y logra una ajustada victoria gracias principalmente al apoyo de Chano Franquis. En 2015 el hombre de confianza de Augusto, dirige su campaña al ayuntamiento (gestión económica incluida) logrando apoyos y compromisos de sectores sociales y empresariales en algunos casos "poco claros"...
La victoria socialista en esas elecciones, aunque con la necesidad de un pacto con Podemos y Nueva Canarias para aupar a Hidalgo a la Alcaldía, hace crecer la figura de Quintero. Su poder al frente del área que preside el consistorio se hace absoluto, asume careciendo de capacidad el control sobre la comunicación municipal y es quien gestiona sin mano izquierda las relaciones de concejales, trabajadores, medios y empresarios con el nuevo Alcalde.
En los primeros meses ya se producen fricciones y “relaciones personales” entre él y el equipo cercano al Alcalde que derivan en cambios en la gestión de protocolo y prensa, así como con la incorporación de algún asesor de confianza del jefe de gabinete.
En estos primeros meses Quintero acompaña al Alcalde a visitar medios de comunicación, instituciones y empresas dando imagen de hombre fuerte y manifestando en algunos casos que el poder lo ostenta él, Augusto mientras sonríe…
En base a sus compromisos personales en esos meses empuja a Hidalgo en algunas frustradas decisiones, parte de ellas por lo menos extrañas: la presentación de un proyecto privado de dos empresarios cercanos a un sector del Psoe para instalar un funicular del muelle a la Isleta y una anunciada subida de tarifas del agua, abortada al saltar las alarmas en la dirección del partido en la agrupación local de Las Palmas de Gran Canaria.
Fruto de las tensiones producidas con la fiscalización de la gestión municipal (gas ciudad, etc) por parte del partido en la agrupación local, hace que Augusto Hidalgo aspire a la Secretaría General del partido en la ciudad para evitar de esa forma cualquier tipo de control sobre sus intenciones. El enfrentamiento con la lista apoyada por Franquis con Miguel Angel Pérez a la cabeza acaba con una humillante derrota del Alcalde y de su mano derecha que había logrado aglutinar a “teresitos”, “juan fernandistas” "patricidas" y sobre todo destacados estómagos agradecidos traidores al “chanismo” con Inma Medina a la cabeza.
A partir de ese momento la estrategia de gestión se concentra en potenciar la figura del Alcalde, mediante videos diarios en las redes sociales, sobredosis de Metro Guagua y sobre todo sonrisas al más puro estilo Pantoja… dientes,dientes.
Se abre un periodo de compartimentos estancos en el pacto de gobierno en el cual los socios deciden por cuenta propia, principalmente Doreste dirigido por Setien en urbanismo, Quevedo en, bueno en... sus cosas, sumado a una más que deficiente gestión de la limpieza capitalina, que genera una crisis de imagen pública. Hidalgo mientras sonríe…
Posteriormente la sorprendente reedición del pacto tras la elecciones de 2019 y más de lo mismo. Aumento del poder absoluto de Quintero que hace y deshace a su antojo mientras aumenta su presión sobre trabajadores, medios y todo aquel que no considera uno de los suyos. Hidalgo mientras sonríe…
Hasta que en su obsesiva inquina personal con Chano Franquis lanza al Alcalde a disputar la Secretaría Insular en un intento de promover el asalto al control de la primera institución de la Isla y un apetecible presupuesto de más de novecientos millones anuales…
Quintero ejerce de “negociador” frente a las agrupaciones locales, jugando en ocasiones al miedo, con algunas advertencias del tipo: “o estás con Augusto o contra mí” … generando una crisis de imagen que lleva a la dirección regional al aplazamiento del proceso insular. Hidalgo mientras sonríe…
Lo sucedido en esta última semana cambia el escenario, en plena celebración este fin de semana del 14º Congreso del partido Socialista en Canarias, salta el escándalo de un presunto caso de acoso sexual, sobre el que algunos piensan no es un caso aislado. Hidalgo intenta desmarcarse de su intimo amigo a toda costa, intentando dar una imagen de firmeza en su decisión. Falsa, por cierto, ya que se ha visto empujado por la presión de sus socios de gobierno.
Ahora intentará convencer a todos de que desconocía la forma de actuar de su mano derecha, con quien compartía mucho más que una relación laboral. No cuela, igual que para su partido no colaba que Rajoy desconociera lo que sucedía en la financiación de su partido.
Lo único cierto es que ahora mismo, da igual. Hidalgo está en una situación muy complicada, tiene a alguien conocedor de sus más íntimos secretos que se considera traicionado y humillado mediante un cese por "perdida de confianza" y las declaraciones posteriores del Alcalde a unos medios que lo esperaban en la bajadita, poniendo distancia sin rubor.
Augusto se equivoca una vez más, actúa como un adolescente, con la inmadurez que le caracteriza. La crisis abierta es de extrema gravedad y lo sucedido con su mano derecha, es única y exclusivamente su responsabilidad.
Como abogado debería saberlo, en el caso de un cargo de tan alta responsabilidad el “culpa in vigilando” dictará sentencia.
Hidalgo ya no sonríe…