Elogio de la incultura

Resulta que esta semana las redes sociales se han incendiado por unas declaraciones del Teniente de Alcalde de las Palmas de Gran Canaria, el políticamente hablando "hijo de Pita", Javier Erasmo Doreste Zamora.

El único Erasmo del que yo tenia referencias era el humanista Erasmo de Rotterdam autor entre otras obras del "Elogio de la locura", a su tocayo algo debe haberle afectado la obra ya que sus vaivenes traen de cabeza a más de un colectivo.

Doreste, ha desatado la polémica con la futura ordenanza reguladora de los espacio públicos de la capital de mi isla, considera que la música en directo no es cultura, sino la excusa para vender copas y satisfacer las ansias de codicia de los perversos y malvados empresarios...

Aplicando su lógica "la venta de cedés solo es una excusa para enriquecer a los fabricantes de plástico o la venta de libros tampoco potencia la cultura sino que viene a saciar la avaricia de la industria papelera".

Dice el concejal que las ordenanzas están para cumplirlas y que los empresarios han secuestrado la ciudad ocupando más espacio del que les corresponde, incumpliendo aforos, decibelios y número de mesas, cuestiones estas, que de ser ciertas dejan de manifiesto la incapacidad del propio Doreste para ejercer las funciones de control y sancionadoras que le corresponden.

Claro que si repasamos la gestión del mismo durante los más de dos años que lleva en el cargo el único elemento común es su continuo empeño en culpar de todos los males a la corporación anterior, (ojo no seré yo quien defienda la gestión de Cardona), pero ni tanto ni tampoco.

Me llama la atención la rigidez del edil en su empeño en repetir que las ordenanzas deben cumplirse, es lo que tiene el cargo, que a veces se sube como el absenta.

Creo que los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria no son conscientes del favor que este señor les hace rebajándose a gobernarlos y propongo que antes de finalizar el mandato, se le rinda merecido homenaje junto a otros antecesores de su talla intelectual, por ejemplo David Hatchuell.

En fin, a lo que íbamos que la música en vivo no es cultura, y esto lo dice alguien que ha estado gran parte de su vida vendiendo libros, pero claro, para discernir lo que es cultura o no, los libros hay que leerlos no basta con cargarlos...